Desde 1953

Hostal Maruja fue fundado en 1953 por D. José Pomares y Dña. María Miralles (Pepe y Maruja). Regentado desde entonces por tres generaciones de esta familia, destaca por su trato cercano y familiar.

‘La joya del descanso’

En 1965 tuvo lugar una reunión en el Hotel Carlton de Madrid con más de 200 clientes y amigos para homenajear a la familia Pomares. Es aquí donde, por votación popular, se elige el slogan del hostal ‘La Joya del Descanso’, después de que cada cliente escribiera el suyo en una servilleta y se leyeran todos en voz alta.

Los orígenes

Debemos remontarnos a la época de los celtas y celtíberos para encontrar las primeras referencias sobre la Playa del Pinet. Estos pobladores de la Sierra de Crevillente bajaban a tomar sus baños a esta playa, ya que era el camino más corto entre la sierra donde vivían y la costa. La existencia de una torre-vigía en la Playa del Pinet hizo que las gentes que allí acudían se situaran a ambos lados de la torre para pasar las vacaciones veraniegas acampados a la orilla del mar.

Ya a principios de 1900, las costumbres decían que la ‘plantá’ se debía realizar entre San Juan (24 de junio) y San Pedro (29 de junio). En esas fechas el camino que bajaba al Pinet se llenaba de carros cargados con todos los bultos necesarios para montar la barraca. Este acontecimiento sucedía de forma similiar pero a la inversa el día de San Jaime (25 de julio), fecha en que se desmontaban las barracas y se tomaba el camino de vuelta.

El Pinet de la época contaba con barracas-fondas, que alquilaban sus cuartos y con barracas-tabernas, donde se reunían para tomar café o ‘herbetes’ y jugar a las cartas o dominó. A la caída del sol, las gentes se agrupaban formando coros al son de las guitarras y cantaban las tan reconocidas Habaneras.

En 1947 se abre un periodo para la solicitud de concesiones en la zona marítimo-terrestre de la Playa del Pinet para la construcción de casitas de obra. La historia vinculada al Hostal Maruja comienza aquí, cuando el matrimonio formado por Pepe y Maruja, veraneantes de toda la vida en las barracas, consiguen hacerse con el alquiler de una de las casitas, y dedican sus vacaciones a hacer la comida a los visitantes que alquilaban las casitas próximas.

En 1953, dan el paso definitivo a la hostelería y se construye el Hostal Maruja. Son ya 67 los años en que Hostal Maruja intenta día a día, desde que abre sus puertas, ofrecer a sus clientes y amigos el mejor servicio posible con un trato confortable y familiar, deseando que disfruten sus vacaciones como nosotros del trabajo realizado.